Hacienda y UE: Negociaciones sobre el incremento del impuesto de sociedades

Cuando hablamos de fiscalidad y grandes corporaciones, nos encontramos con un tema espinoso y complejo, y más aún si sumamos a la ecuación la intervención de entidades supranacionales como la Unión Europea. En el corazón de España, con un gobierno en funciones y las negociaciones con la Unión Europea en pleno desarrollo, se encuentra una propuesta para elevar el impuesto sobre sociedades que está causando revuelo y generando debate.

La propuesta y su contexto

Pedro Sánchez, el presidente en funciones de España, junto con María Jesús Montero, la ministra de Hacienda, y Nadia Calviño, la vicepresidenta, se encuentran en un momento crucial. Están en la fase de negociación con la Unión Europea para definir la fórmula que permitirá aumentar el impuesto sobre sociedades. Este es un tema delicado, ya que implica un cambio en la fiscalidad de los grandes grupos empresariales y multinacionales.

Durante el XXXIII Congreso Nacional de Inspectores de Hacienda del Estado, que tuvo lugar recientemente en Burgos, Jesús Gascón, el secretario de Estado de Hacienda en funciones, expresó su esperanza de poder comenzar a tramitar esta nueva regulación en las próximas semanas. Todo depende, claro está, de que la investidura de Pedro Sánchez avance y se logre formar un nuevo gobierno.

El acuerdo PSOE-Sumar y sus implicaciones

Hace no mucho, el PSOE y Sumar llegaron a un acuerdo programático para configurar un gobierno de coalición. Dentro de este acuerdo se estableció un tipo mínimo del 15% en el impuesto sobre sociedades, aplicable a los beneficios de las compañías. Esto se da en un contexto en el que, a nivel europeo, se está trabajando de manera coordinada para cumplir con los compromisos adquiridos con la OCDE.

La Comisión Europea está haciendo un esfuerzo considerable para asegurarse de que todos los estados miembros avancen al mismo ritmo en la aplicación de esta reforma. Esto es vital para evitar problemas con países que tienen una fiscalidad más agresiva. Aquí es donde entran en juego los inspectores de hacienda, quienes subrayan la importancia de que cualquier cambio en la normativa tributaria se haga de manera unánime y colectiva.

Los desafíos y la complejidad de la reforma

Sin embargo, implementar esta medida no será un camino de rosas. Los inspectores hacen hincapié en que este tipo de normativas no deberían basarse nunca en decisiones individuales por parte de los estados. La complejidad de la reforma y la fragmentación del Congreso de los Diputados en España añaden capas adicionales de dificultad.

Las empresas de mayor tamaño serán las más afectadas, ya que parte de sus ingresos provienen del extranjero. Para las empresas más pequeñas, la diferencia entre el resultado contable y la base imponible es menor. Pero aquí es donde los expertos advierten sobre posibles complicaciones y conflictos futuros.

El futuro incierto de la reforma

Los fiscalistas consultados auguran un futuro complicado para la reforma. Algunos incluso llegan a descartar que los cambios anunciados puedan entrar en vigor antes de dos años. La norma es compleja y requerirá de ajustes específicos y de una minuciosa atención a los detalles.

Un camino lleno de desafíos

En resumidas cuentas, nos encontramos ante un escenario lleno de desafíos y complejidades. La reforma del impuesto sobre sociedades en España es un reflejo de la tensión entre las necesidades fiscales del país y las exigencias de una fiscalidad más justa y equitativa a nivel europeo. El gobierno en funciones tiene ante sí la difícil tarea de navegar por estas aguas turbulentas, buscando un equilibrio que beneficie tanto a España como al conjunto de la Unión Europea. La colaboración y el consenso serán clave para superar los obstáculos y alcanzar una solución que, finalmente, sea justa para todos.