Denuncias de acoso laboral en Zara Suecia

Trabajadores de Zara en Suecia han levantado la voz contra lo que describen como condiciones laborales opresivas, incluyendo el monitoreo restrictivo de los tiempos de descanso y baño

En un revelador reportaje del periódico Aftonbladet, la situación laboral en las tiendas Zara de Suecia ha sido puesta bajo escrutinio. Según el programa de investigación 200 segundos, que entrevistó a 39 trabajadores y ex trabajadores, las prácticas laborales actuales bordean el acoso. Los empleados reportaron un ambiente donde se les pide permiso para usar el baño y se les controla estrictamente el tiempo que demoran. Algunos empleados expresaron que, al quejarse de las condiciones o del salario, se enfrentaron a tácticas intimidatorias por parte de representantes de la empresa venidos desde España.

Preocupación a nivel gubernamental y sindical

La viceministra de Trabajo sueca, Paulina Brandberg, ha expresado su preocupación por estas denuncias, resaltando la urgencia de abordar tales prácticas laborales. Por otro lado, el sindicato Handels ha criticado la legislación laboral sueca por permitir que tales condiciones persistan, calificándolas casi de «esclavistas».

La respuesta de Zara no ha sido confrontativa. Tras varias negativas iniciales a comentar sobre el asunto, la empresa afirmó en un correo electrónico que los incidentes reportados «son graves y merecen toda nuestra atención», asegurando que tales prácticas no reflejan los valores de la empresa.

Un gigante textil investigado

Zara, insignia de Inditex —la mayor empresa textil del mundo, propiedad del multimillonario Amancio Ortega—, se ve ahora enfrentada a un dilema de imagen pública y responsabilidad corporativa. Con 165,000 empleados globalmente, las acciones de la empresa tienen un amplio impacto en la industria de la moda.

Este escándalo emerge en un momento donde la responsabilidad social corporativa es más crucial que nunca. Empresas de la envergadura de Inditex están bajo constante vigilancia, tanto de consumidores como de reguladores, quienes demandan transparencia y ética en todas las operaciones.

Las denuncias en Suecia podrían ser la punta del iceberg si prácticas similares existen en otras partes de la red global de Zara. Esto plantea preguntas serias sobre la supervisión y las políticas internas de Inditex respecto a sus trabajadores y su cultura corporativa. La respuesta de Zara a estas crisis será determinante no solo para su operación en Suecia sino para su reputación global.