Inditex a Holanda

En 1995, Inditex, la empresa propietaria de Zara y otras marcas de ropa, encargó a JP Morgan un análisis sobre cómo adoptar una estructura societaria eficaz que les permitiera afrontar una salida a bolsa y Holanda estuvo en las quinielas

La empresa se encontraba en un momento en el que necesitaba crecer e inaugurar una nueva fase en su desarrollo. Por aquel entonces, Amancio Ortega no vislumbraba claramente un orden sucesorio familiar que se hiciese cargo del poder ejecutivo de la compañía, en caso de que él no pudiera seguir liderando la gestión.

JP Morgan llegó a la sede de Inditex con un plan basado en cuatro elementos: una nueva estructura de capital, un diseño accionarial para el mantenimiento del control de la empresa, una nueva organización institucional y la salida a Bolsa. Dentro de ese plan se planteó abiertamente constituir una fundación localizada en Holanda en lugar de en España, que sería la que tendría el control accionarial efectivo de Inditex.

Se consideró la opción de crear, tal y como recomendó JP Morgan, una fundación a la que se aportarían parte de las acciones que no se vendieran en la OPV. Pero ese diseño también se desestimó al final y se optó por una salida a Bolsa instrumentalizada en torno a una OPV, en 2001, más ortodoxa.

Aunque los protagonistas de aquel momento estratégico aseguran a día de hoy que la decisión de rechazar el plan de llevarse la sede a Holanda se desestimó casi de inmediato, lo cierto es que terminó por filtrarse tiempo después. La empresa dio entonces unas explicaciones que hoy pueden entenderse como un antecedente de parte del argumentario que Ferrovial ha desplegado durante los últimos días y semanas. El derecho societario holandés, permitía una enorme flexibilidad de acción. Posibilitaba de hecho un acceso más factible al mercado de capitales, además de propiciar una mejor optimización de las obligaciones fiscales de la empresa.

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Finalmente, Amancio Ortega consideró que el coste político y de imagen que supondría hacer de Inditex una empresa holandesa y romper con sus raíces españolas y, sobre todo, gallegas, iba a ocasionar un perjuicio mucho más grande que los teóricos beneficios fiscales, y se optó por abandonar el proyecto y diseñar una alternativa. Este modelo de fundación propietaria, al estilo del que controla El Corte Inglés, a la postre tampoco se adoptó y en el diseño de la salida a Bolsa se construyó un sistema de control de la gestión más tradicional, en el que la mayoría del capital seguiría en manos de Amancio Ortega.

Inditex, finalmente, salió a Bolsa en 2001, en lo que fue una de las OPV más exitosas de la historia del Ibex. A lo largo de los años, Inditex ha mantenido una gestión ejemplar y una gran solidez, que le ha permitido expandirse por todo el mundo. Hoy en día, la empresa es un gigante del sector de la moda con presencia en más de 200 países y emplea a más de 170.000 personas.