La Seguridad Social, un pilar fundamental de cualquier sociedad moderna, se ha convertido en el centro de atención de muchos expertos económicos y políticos en España. Y no es para menos. En un escenario post-pandémico, donde muchas entidades han sufrido golpes económicos significativos, la Seguridad Social emerge con una sorprendente noticia: un saldo positivo que refleja la resilencia y adaptabilidad del sistema.
Un giro sorprendente: de déficit a superávit
La Seguridad Social ha registrado un superávit de 1.207 millones de euros en los primeros nueve meses del año. Si colocamos este dato en perspectiva, contrasta enormemente con el déficit de 740 millones del mismo período en 2022. ¡Impresionante, verdad? Pero, ¿qué está detrás de esta mejora? Principalmente, el aumento de ingresos por cotizaciones.
La fuerza de las cotizaciones
Hasta septiembre, se han alcanzado 114.711 millones de euros en ingresos por cotizaciones, lo que significa un 9,9% más que en el año pasado. Al quitar el factor del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), la recaudación por cuotas ha crecido un 8% interanual, sumando 8.352 millones de euros adicionales.
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Ahora, tomemos un momento para reflexionar. ¿Qué nos dice este dato? Es una clara evidencia de que la actividad económica ha ido en aumento, y con ella, las contribuciones. De hecho, si lo comparamos con 2019, último año sin la sombra de la pandemia, el aumento de recaudación es de un asombroso 23,9%, añadiendo 22.104 millones de euros adicionales.
Y, ¿quién ha liderado este impulso? En su mayoría, los ocupados. Sus cuotas han experimentado un crecimiento interanual del 10,3% hasta septiembre, mientras que las de los desempleados aumentaron un 2,7%.
Otros ingresos y la contribución estatal
Los fondos de la Seguridad Social, al considerar otras entidades como el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) y el Servicio de Empleo Público Español (SEPE), han registrado un saldo de 2.419 millones de euros hasta agosto. Además, las transferencias del Estado y Organismos Autónomos han crecido un 15,3%, alcanzando los 30.110 millones de euros.
Ahora bien, ¿por qué estos números son tan relevantes? Porque reflejan un apoyo estatal firme, y un compromiso hacia la Recomendación Primera del Pacto de Toledo.
Prestaciones y gastos: el otro lado de la moneda
No todo son ingresos. Por supuesto, la Seguridad Social también tiene responsabilidades financieras. El gasto en pensiones contributivas ha aumentado un 10,8%, lo que es un reflejo del aumento en el número de pensionistas y la subida de la pensión media.
Adicionalmente, prestaciones como las de nacimiento y cuidado de menor, riesgo durante el embarazo y otras han visto un incremento en sus gastos. Sin embargo, hay buenas noticias: el gasto en subsidios por incapacidad temporal (IT) ha disminuido un 0,2%.
Conclusión
Los números revelan una historia de esfuerzo, adaptabilidad y compromiso hacia el bienestar social. El superávit de la Seguridad Social es más que un dato financiero; es el reflejo de una nación que se levanta, aprende y se adapta. Sin embargo, es esencial mantener un equilibrio, garantizar la sostenibilidad del sistema y asegurarse de que cada euro se invierta sabiamente. Porque al final del día, ¿no es eso lo que todos deseamos? Una Seguridad Social fuerte, estable y confiable para todos.
