Caída drástica en las ventas de coches eléctricos en Alemania mientras el gobierno propone prohibiciones de conducir los fines de semana

Las ventas de coches eléctricos en Alemania han experimentado una caída significativa, disminuyendo casi un 30% en comparación con el año anterior. Este descenso es preocupante para el gobierno socialista-verde de Alemania, que se ha fijado el ambicioso objetivo de tener 15 millones de vehículos eléctricos en las carreteras para 2030. Actualmente, el país solo ha logrado desplegar alrededor de 1.4 millones de vehículos eléctricos.

El desplome en las ventas subraya los desafíos que enfrenta el mercado de coches eléctricos en Alemania, incluyendo alcance limitado, infraestructura de carga insuficiente, altos costos iniciales, y preocupaciones ambientales significativas asociadas con la minería de tierras raras necesarias para su producción. La cuota de mercado de los vehículos eléctricos ha caído a solo el 11.9%, lo que indica una desconexión grave entre los objetivos ambientales del gobierno y las preferencias reales de los consumidores.

Además, el fin del bono para coches eléctricos a finales de 2023 ha expuesto otro problema significativo: la dependencia de la industria en las subvenciones gubernamentales. La eliminación de estos incentivos ha sacudido aún más la confianza del consumidor y exacerbado la crisis que enfrenta el mercado de vehículos eléctricos.

Agravando el problema, el Ministro de Transporte de Alemania, el Dr. Volker Wissing, ha propuesto una prohibición nacional de conducir durante los fines de semana como medida drástica para cumplir con los objetivos climáticos del país delineados en la Ley de Protección Climática. Esta sugerencia incluye una posible «prohibición completa e indefinida de conducir los sábados y domingos», que Wissing admite sería una política difícil de vender al público. Esta política tiene como objetivo reducir las emisiones de CO2 en el sector del transporte en 22 millones de toneladas.

Estas medidas regulatorias han llevado a una mayor hesitación entre los consumidores para invertir en vehículos nuevos, eléctricos o de otro tipo, debido al temor a la usabilidad restringida. Muchos se preguntan cuál es la lógica de comprar un coche nuevo si podría ser obligatorio dejarlo sin usar durante los fines de semana. Este escenario refleja una frustración creciente con las políticas económicas y energéticas de Alemania, que algunos críticos han comparado con un «circo dirigido por payasos».