Conocemos un consejo curioso para que el cable del teléfono fijo no se nos enrede
La lucha por evitar problemas con los dichosos cables del teléfono fijo nunca acaba. Es cierto que hay ya algunas opciones para intentar minimizarlos. Bien optando por conexiones inalámbricas o bien organizando y ocultándolos. El problema es que no todos se pueden esconder.
Porque muchos de ellos los usamos a diarios y en diferentes ubicaciones. Es lo que ocurre, en diferentes oportunidades, con el del teléfono fijo o del portero automático. El USB de carga de tu smartphone, los de los auriculares, cargador del portátil, etc.
Los problemas con el cable del teléfono fijo persisten
Son muchos los candidatos que a lo largo del día optarán al premio al más enredado de todos. Si quieres ponerle fin, te mostramos un truco infalible para evitar los molestos enredos en ellos. Y es que evitar que estos se enreden es algo imposible si no adoptamos ciertas medidas.
Los cables con longitud menor de 46cm o mayor a 150cm son menos propensos a enredarse. Lo que, en cierta medida, ya nos da algunas pistas para poner fin a esa maraña de incómodos enredos entre sí. Por tanto, esto puede ser una gran solución para evitar que el cable se enrede o cuase problemas.
Una práctica muy común es doblarlo y amarrarlo con su propio extremo para guardarlo. Esto no es recomendable ya que sus componentes se pueden ver afectados ante la presión a la que se someten cuando se sujetan y doblan en forma de círculos u óvalos tensionados.

Un truco para no densenredad el cable es el de no cambiarnos el teléfono fijo de mano
Lo mejor en este caso es hacer los círculos pero sin ejercer la más mínima tensión en ellos. La regla de oro es reducir al máximo el número de cables que necesitas. Al igual que cuando vimos cómo organizar los cables de tu equipo, el paso es conseguir quedarse sólo los que realmente resultan imprescindibles.
Tu smartphone, tablet, reloj, lector de libros… posiblemente todos tengan el suyo propio con conexión micro USB. ¿Necesitamos de ellos? Otro muy curioso es el más sencillo, a priori. Y es el de no cambiarnos el de mano al hablar, sino que cuelga y descuelga siempre con la misma mano.