Todo lo que hay que saber sobre la bomba nuclear hoy

Ante la amenaza constante de Rusia sobre ataques a Ucrania y Estados Unidos, las autoridades lanzan estrategias para expandir el conocimiento acerca de estos artefactos dañinos

El planeta entero vive momentos de extrema tensión, ya que la avanzada invasiva de Rusia en territorio ucraniano ha ido en escala con el paso de las horas. Más allá de lo que con normalidad acontece por estos días, está latente la posibilidad de hacer explotar una bomba nuclear, de la que no se tiene mucha información. Por eso es relevante hacer crecer el enfoque en estos terrenos, y estar preparados ante una eventualidad de esa magnitud.

Los ejemplos de este tipo de ataques se remontan a la segunda guerra mundial, con la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, que como todo mundo sabe, fue un punto de inflexión para el mundo, abarcando una nueva manera de agredir implicando la tecnología para hacer daño a sus oponentes. El tema de la guerra y en concreto de la colocación de una bomba nuclear por el momento se centraliza en dos naciones, como son Rusia y Estados Unidos, las naciones con mayor poder económico y militar en el mundo, que han entrado en conflicto de ideales y que tienen almacenados en sus territorios sistemas de destrucción masiva para acabar con el que se ponga en frente.

Rusia de hecho ha sido puesta en régimen especial de servicio, lo que es igual a una advertencia de ataque en cualquier instante. Pero para conocer más de las bombas aclaremos eso. Su efecto, el primer ítem, y es que una bomba de este calibre tiene consecuencias en un radio de hasta 20 km, y pueden ser accionados tanto por un sistema portátil como por misiles. Ejemplificando con Madrid, sería el equivalente a perder a cerca de 450.000 personas, y dejando a más de 800.000 víctimas dañadas, con consecuencias enormes en su salud.

Bomba nuclear
Bomba nuclear, una amenaza constante sobre el planeta en este instante

Las consecuencias son abismales y los sistemas de prevención saltan a la luz

Daños en la salud, como ceguera temporal y definitiva, quemaduras, y efectos por la radiación como cáncer y hasta la muerte detallan sus alcances. Esto se extiende a la ingesta de los alimentos, contacto directo con la piel y la respiración de aire contaminado, que puede perdurar por días, semanas y hasta meses. Varias pruebas han dejado ver el alcance de estas herramientas de destrucción en otras zonas, y persisten en que su accionar es altamente negativo.

En cuanto a las opciones de resguardo ante un ataque de esa magnitud, hay que decir que las recomendaciones de los centros de análisis y especialidades determinan que el centro de una edificación y los sótanos siempre serán los lugares más seguros. Allí se pueden alojar alimentos no perecederos, y entre otras cosas se pueden llevar a cabo prácticas que son directamente beneficiosas para cubrirse de los efectos colaterales como son: la limpieza frecuente del cuerpo, en aras de evitar ingresar al sistema posibles partículas denominadas radioactivas.

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