El rey emérito quiere salir de rositas con una declaración ínfima

Juan Carlos I pretende regularizar su situación fiscal pero únicamente para evitar el delito penal

El rey emérito Juan Carlos I está decidido a regularizar su situación fiscal después de conocer que el Gobierno no le otorgará ningún trato especial con Hacienda. Ahora bien, el ex monarca tan solo declarará 500.000 de los más de 1500 millones que posee. Es decir, lo mínimo para no incurrir en delito fiscal.

Esto se debe a que se le acusa del gasto de 500.000 euros entre los años 2016 y 2018. Años en los que el rey emérito ya no sería inviolable para la justicia. Todo lo demás se fraguó siendo todavía el rey de España, con la inmunidad en vigor. Ahora solo podría ser investigado y condenado por esos 500.000 euros, que piensa declarar para salir de rositas.

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El rey emérito quiere evitar pena de cárcel

El Rey emérito hace las paces con Hacienda

Debido a todos estos asuntos, representantes del rey emérito han contactado con Hacienda para regularizar la situación fiscal de Juan Carlos I. Una regularización que sería para los fondos procedentes del empresario mexicano Alle Sanginés-Krause, quien es amigo del monarca.

Y es que, según se ha descubierto, la suma gastada supondría un delito para Juan Carlos I, pues no fueron declarados a Hacienda y superaron ampliamente los 120.000 euros. Un asunto que ya está siendo investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo, aunque antes el rey emérito pagará la multa correspondiente.

El rey emérito se expone a fuertes multas

Por el uso reiterado de las famosas tarjetas black, el emérito se expone a multas que van desde el 50% de lo defraudado hasta el 150%, cantidades a las que habría que añadir un 5% por ciento en concepto de intereses de demora. Mucho dinero para una persona normal sin duda.

Sin embargo, para Don Juan Carlos I, que amasa una fortuna de más de 1500 millones de euros, le bastaría con abonar unos 500.000 euros para librarse de que recaiga sobre él toda la fuerza de la justicia. Y a partir de ahí, seguir viviendo con total tranquilidad y sin ningún tipo de apuro.

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