Multa millonaria a Caixabank por la agencia de protección de datos

Un movimiento a conveniencia le ha costado al banco una suma fuerte de dinero por incumplir normativas que han sido denunciadas por los mismos clientes

Caixabank ha sido intervenida recién por La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), que ha sido la entidad encargada de llevar a cabo una investigación donde salpican abusos para obtener datos personales y bombardear a sus clientes con eventos comerciales. La entidad, antes bajo la tutela de Bankia, ha incurrido en prácticas fuera de la legalidad en el tratamiento según ellos interviniendo en cobros adicionales a unos servicios en concreto persuadiendo a las personas a que aceptaran unas condiciones un tanto adversas.

La técnica ha sido eliminar el cobro de comisiones a cierto tipo de productos, si las personas se acogen al envío por todas las vías de comunicación de campañas publicitarias determinadas. Es decir, si decidían aceptar ese hecho, la compañía tendría la potestad de hacer envíos masivos de campañas, y de enviar sus datos personales a otras entidades aliadas por fines netamente comerciales. De no hacerlo, se cobraría una cuantía mensual que según pudieron demostrar las denuncias a la agencia de protección de datos, era de 5 euros por mes.

Las cuentas ON fueron las principales afectadas y la denuncia fue elevada en el mes de septiembre en 2019. A partir de ahí se recopilaron las pruebas, entendiendo que otros 6 clientes se acercaron a la entidad a poner en conocimiento y fortalecer el proceso investigativo. Tras algunos meses de inserción, se ha podido determinar a través de una audiencia y entendiendo que las pruebas elevadas por la entidad bancaria que no era procedente y penalizaron con el pago de 2 millones de euros.

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El banco por su parte intentó argumentar que dicha acción estaba basada en el perfil digital que las persona quisieran asumir. Eso hacía que las personas entregaran datos como su número móvil y el correo electrónico al tiempo que autorizaban al banco del manejo de sus datos personales que ellos posteriormente divulgarían de manera interna. Como la estrategia no funcionó forzaron los pagos por no cumplir con el perfil digital y de esa manera quedaron en evidencia los malos procedimientos.

Unos meses después, en diciembre del mismo año, Bankia tomaba la decisión de eliminar las condiciones para el ingreso de los datos para efectos publicitarios, y ajustó su política a tener aceptado y activado el servicio de mensajería ‘push’ a través de la app a través de la misma compañía. Una medida que va mucho más afín a la idea de personalización de las condiciones, y que mantiene una equidad entre los derechos fundamentales del cliente y las posibilidades comerciales de la empresa.

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