La compañía tiene proyectado con esta nueva tablet recuperar las ventas en el sector con la innovación de sus dispositivos
Durante varios años Microsoft intentó de manera desconmensurada meterse de lleno en el ambiente de las tabletas de última generación sin éxito. Las Surfaces, como se han denominado las de fabricación propia sucumbieron ante las altas gamas de Android, que aprovecharon siempre el sistema operativo abierto y la practicidad para ganar en el terreno que les correspondía. Mucho más con las iPad, que están diseñadas para la alta productividad sacando petróleo de sus compuestos y software.
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Sin embargo, la Surface Pro 8 de Microsoft apunta a ser la nueva vencedora del sector. Esta tablet, convertible a ordenador saca provecho al igual que hacen en móviles los Google Pixel de su fuerte para ir de frente y sacar partida. En esta ocasión podemos encontrar un mejor diseño, aprovechamiento de los espacios y por ende un contenido mucho mejor definido. Contar con versiones de chip de Intel y el modernismo le hacen ganar terreno, hasta llegar al punto de poner en duda la toma de decisiones de un sector mucho más vinculado al uso de aplicaciones o programas del sector productivo empresarial.
Pero para poder analizar mejor este dispositivo, nos tenemos que trasladar inevitablemente al diseño. Ya no es tan gruesa, y sumando su formato de panta de 3:2, sigue estando en la cúspide para el consumo de textos. Han estilizado su diseño y han redondeado bordes, lo que la hacen mucho más amigable a la vista. Aprovechan mejor el espacio y han conseguido una pantalla más grande, hasta 13 pulgadas aunque el borde superior siga siendo amplio. Esto se debe a la inclusión de sensores que analizan tu rostro y permiten un desbloqueo instantáneo y súper efectivo. Además de contar con una cámara de 5MP que es capaz de brindar una experiencia muy satisfactoria en cuanto a videollamadas se refiere.
Sistema operativo y una renovación radical de Hardware hablan de este nuevo concepto en la Surface Po 8 de Microsoft
Este dispositivo ya viene acompañado de la última versión de Windows, el 11, y mejora gracias a sus animaciones la experiencia final. El audio es uno de sus fuertes con sus dos altavoces direccionados hacía el usuario que le dan un toque de distinción. Su calidad de imagen es sensacional, llegando hasta los 2880 x 1920 de resolución y por primera vez alcanza los 120 Hz de frecuencia que son ideales para los tiempos que corren. Esto merma la eficiencia energética, y aunque es muy positivo el salto, no viene integrado por defecto en el OS, por lo que se debe ejecutar un paso adicional.
La inclusión de compatibilidad con Intel Evo es un claro ejemplo de aprovechamiento de lo que tiene, y se espera que en futuras versiones logren ajustar un acuerdo con AMD para incluir sus últimos chips, los Ryzen. En cuanto a conectividad está perfectamente armada, con puertos USB tipo C en estándar 4.0 y con la inclusión de los Thunderbolt 4 mejoran la transferencia de datos. Incluye un puerto físico de conexión a Ethernet, y usa el esquema de WiFi6. Sus precios parten en los 1.179 euros y se estiran en relación a la capacidad elegida y procesador. Excelente opción que merece la pena ser revisada.
