La guerra en Rusia lleva la inflación por encima del 7% en Europa

Más allá de los esfuerzos de la UE se cree que la invasión rusa a territorios ucranianos podrá elevar el costo de vida en una medida incontrolable y sumamente tóxica para Europa occidental

El tema de moda en el mundo sigue entregando noticias devastadoras a nivel económico en la medida que van pasando las horas. Lo último que se ha sabido, es que ante la amenaza inminente del gobierno ruso para invadir a Ucrania, los precios en el coste de vida se irían a las nubes, un hecho que de por sí lleva siendo discutido en diferentes escenarios durante todo este tiempo post pico más alto de la pandemia.

A los rangos de inflación de 5,3% actuales, todo este entramado podría sumarle dos puntos más, y ubicándole por encima del 7% que es una exageración para las distancias que quieren mantener de acuerdo al mínimo vital. Una lucha inconsistente que se ve debilitada en un punto concreto, el suministro de energía. Y es que como se sabe, Rusia es el principal proveedor de gas natural no solo para Asia, sino para Europa occidental a través de sus gasoductos que radican en la entrada a Ucrania, Polonia y hasta Alemania.

Por si eso fuera poco, el margen del PIB se vería reducido en un 1%, que a grueso modo es impactar multimillonariamente los bloques de sostenibilidad de los diferentes estados. Cuando se creía que se había pasado la peor etapa jamás vista luego de la entrada en vigencia de la pandemia, llega este fenómeno que haría que con elevaciones en el valor, tras el corte de suministros, las personas vean afectados sus bolsillos en una escala muy amplia.

Rusia podría desatar un caos continental tras el conflicto con Ucrania

De no haber acuerdo y ante la apertura bélica las expectativas son mucho peores

Esta tensión fuerza a los proveedores a mantener precios muy altos, que se pueden inclusive estirar si la entrada en armas se da como se ha venido especulando. Alemania ha respondido amenazando con el cierre del paso por ductos subterráneos, que obligaría al norte y restante del continente a tener que encontrar soluciones para cubrir el faltante del suministro. Esto impacta además en el BCE que se sigue resistiendo en elevar los impuestos y mantener un equilibrio que nadie garantiza pueda avalar.

A eso hay que sumarle que las reservas del gas en Europa se han reducido un 21% respecto al análisis del 12 de enero, y podría ser peor llegando a márgenes jamás vistos ya que la tendencia a la baja se ha ido gestando ya, con un 38% menos de importaciones desde Rusia tan solo en 2021. La situación es grave y requiere de intervenciones inmediatas.