Los bancos en la sombra y el riesgo de una crisis financiera mayor

El crecimiento de las entidades financieras no bancarias, también conocidas como «bancos en la sombra», enciende alarmas en los mercados internacionales, con preocupaciones sobre su impacto en la estabilidad financiera global.

Los «bancos en la sombra» se refieren a instituciones financieras que operan fuera del sistema bancario tradicional, ofreciendo servicios similares, como préstamos y gestión de activos, pero sin el mismo nivel de supervisión reguladora.

El tamaño y la expansión de estas entidades no bancarias pueden generar riesgos significativos en el sistema financiero. Según el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), en 2021, las entidades no bancarias representaban aproximadamente $239 billones en activos, equivalente a casi la mitad de los activos financieros totales del mundo.

Entre los riesgos asociados con estas instituciones se encuentran las pérdidas crediticias y los desajustes de liquidez. Los «bancos en la sombra» pueden enfrentar dificultades si sus prestatarios corporativos incumplen sus pagos, especialmente en un contexto de debilitamiento económico. Además, algunos fondos abiertos, un tipo de entidades no bancarias, pueden enfrentar problemas de liquidez si los inversores deciden retirar su dinero rápidamente, pues estos fondos podrían no ser capaces de vender sus activos con la misma velocidad.

La falta de acceso a financiamiento de emergencia por parte de los bancos centrales y las herramientas limitadas de las autoridades públicas para mitigar riesgos de contagio también aumentan las preocupaciones. El riesgo de contagio podría extenderse a los bancos tradicionales a través de conexiones reales y percibidas, lo que podría desencadenar una crisis financiera más amplia.

La regulación de las entidades no bancarias se está volviendo cada vez más relevante. El Banco de Inglaterra anunció recientemente una prueba de resiliencia del sistema financiero británico que incluirá a las entidades no bancarias. Además, los organismos de vigilancia financiera de Estados Unidos y Europa están considerando la implementación del «swing pricing», un mecanismo que impondría un costo al retiro de efectivo de ciertos fondos para evitar la dilución del valor de las participaciones de otros inversores y desalentar las retiradas masivas de activos.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha instado a una supervisión más estricta de las entidades no bancarias, incluyendo normas sobre sus reservas de capital y acceso a la liquidez, para garantizar la estabilidad financiera mundial.