En un mundo empresarial en constante evolución, las tácticas de gestión de personal están cambiando. Las grandes corporaciones, especialmente las tecnológicas, están adoptando un enfoque más sutil pero potencialmente maquiavélico para gestionar su fuerza laboral.
El declive de los despidos directos
Atrás quedaron los días en que las noticias de despidos masivos dominaban los titulares. Según datos de Trueup, los despidos en el sector tecnológico han disminuido drásticamente en la segunda mitad del año. Sin embargo, esto no significa que las empresas estén satisfechas con su actual fuerza laboral.
La reasignación: Una táctica en aumento
El Wall Street Journal ha arrojado luz sobre una tendencia preocupante: la reasignación obligatoria. En lugar de despedir a los empleados, las empresas les informan que sus roles actuales han sido eliminados, pero se les ofrece una nueva posición, a menudo no deseada o no relacionada con su experiencia previa.
Info relacionada:
Esta táctica puede parecer benigna en la superficie, pero tiene implicaciones profundas. Los empleados, aunque aliviados de no ser despedidos, pueden sentirse desplazados, desmotivados y, en última instancia, pueden considerar la posibilidad de abandonar la empresa por su cuenta.
El objetivo oculto detrás de la reasignación
Las razones detrás de esta táctica son multifacéticas. Para algunas empresas, es una forma de evitar pagar indemnizaciones por despido. Al hacer que el trabajo sea insatisfactorio o inadecuado para el empleado, la empresa puede esperar que el empleado renuncie por su cuenta, ahorrando costos.
Otras veces, como señala Roberta Matuson, las empresas pueden ofrecer reubicaciones sabiendo que no son viables para el empleado, con la esperanza de que renuncien.
Historias del frente
Matt Conrad, ex empleado de IBM, es un testimonio viviente de esta táctica. Reasignado dos veces en dos años, experimentó la angustia y la desmotivación que vienen con ser empujado a roles no deseados. A pesar de los desafíos, Conrad eligió quedarse, una decisión basada en principios y determinación.
El impacto en la moral y la productividad
Estas tácticas no solo afectan a los empleados individuales, sino que también tienen un impacto en la moral general y la productividad de la empresa. Los empleados que sienten que no son valorados o que son vistos como prescindibles pueden no estar dispuestos a dar lo mejor de sí mismos. Además, la rotación de empleados puede ser costosa para las empresas en términos de formación y pérdida de experiencia.
Conclusión: Un llamado a la ética empresarial
Mientras que las empresas tienen el derecho de gestionar su fuerza laboral como lo consideren necesario, es esencial que lo hagan de una manera ética y transparente. La reasignación forzada, si se usa como una táctica para forzar renuncias, es una estrategia a corto plazo que puede tener consecuencias a largo plazo para la salud y el éxito de la empresa. Es esencial que las empresas reconozcan el valor de sus empleados y adopten enfoques que fomenten la lealtad, la motivación y la productividad.
