La disparidad impositiva entre los distintos países europeos tiene a los Países Bajos como el más afectado
Los ingresos fiscales son la principal fuente de financiación de un país. Se trata de la forma de proveer a las Administraciones Públicas de los recursos suficientes para hacer frente a las necesidades de sus ciudadanos, en materia de políticas públicas. Y en Europa, Holanda es la que más lo sufre con su fraude fiscal.
Los impuestos, por su parte, son una forma efectiva de hacer frente a estas políticas públicas necesarias, que deben de poner al alcance de todos los principales y más básicos servicios públicos. Por ello la sugerente importancia que adquiere la evasión o fraude fiscal en cada territorio, como España, entre los más perjudicados.
En España se defraudan al año unos 20.000 millones de euros en IRPF
Por tanto, la evasión o el fraude fiscal reduce los ingresos de un Estado, y, por consiguiente, reduce los ingresos destinados a las políticas públicas. A su vez, los que sí cumplen con sus obligaciones fiscales tendrán que pagar más por la cantidad perdida, que deriva directamente del fraude fiscal.
Comenzando por España, la situación es muy parecida a la que tiene Holanda, actualmente el país europeo donde más fraude fiscal hay. Según un informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), los españoles defraudan al año unos 20.000 millones de euros en el impuesto del IRPF, más del 1,7% del valor del PIB.
Holanda e Irlanda lideran el ránking seguido de Luxemburgo
Con todo y con eso, el tipo efectivo en nuestro país se sitúa hoy en torno al 11%, gracias a la amplia diversidad de trucos contables que las grandes empresas tienen a su disposición. Sus principales beneficiarios de este fraude fiscal están en Europa, como mencionamos. Y lo cierto es que los nombres sorprenden.
Hablamos de Holanda, de Irlanda y de Luxemburgo, pero también de Bélgica, de Malta, de Chipre y, por supuesto, de Suiza, ya fuera del espacio comunitario. Lejos de Europa, nadie gana tanto como Puerto Rico, aunque Hong Kong, Bermudas o Singapur le siguen de cerca. Esto acentúa que en los países con mayor presión tributaria, que representa el porcentaje que suponen los impuestos sobre los ingresos, se produce más fraude fiscal.
