El teletrabajo ha demostrado tener ventajas significativas en cuanto al ahorro de tiempo y dinero para los trabajadores y empresas. Sin embargo, un estudio del grupo de investigación WFH Research revela una paradoja: al mismo tiempo, muchos empleados experimentan dificultades para desconectar, lo que provoca un aumento de su jornada laboral en al menos tres horas de media.
Los teletrabajadores pueden ahorrar hasta seis horas a la semana en desplazamientos y en arreglarse. De acuerdo con la investigación, los empleados tardan aproximadamente una hora menos al día en desplazamientos y unos 10 minutos menos en acicalarse cuando trabajan desde casa en comparación con ir a la oficina.
No obstante, trabajar desde casa también implica desafíos en la desconexión. El hecho de tener el ordenador en la misma habitación donde se realizan otras actividades cotidianas puede dificultar la separación entre la vida laboral y personal. Esto puede llevar a que los teletrabajadores realicen tareas puntuales fuera del horario laboral o tarden más en desconectar.
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Aunque el estudio se realizó en Estados Unidos, los resultados también son aplicables a otros países, como España. En 2020, la Cámara de Comercio de España señaló que el teletrabajo podría suponer un ahorro de entre 264 y 660 euros en transporte y hasta 616 euros en comida para el empleado.
Sin embargo, el estudio de la Cámara de Comercio también destacó que trabajar desde casa podría generar confusiones entre el horario laboral y la vida personal, lo que conllevaría una sobrecarga de trabajo.
Según otro estudio de Infojobs, el teletrabajo ha empeorado nuestra capacidad para desconectar del empleo desde que comenzó la pandemia. El 82% de los encuestados reconocía atender llamadas o responder emails fuera del horario laboral, frente al 63% antes de la llegada de la Covid-19.
Diversos estudios sugieren que la necesidad psicológica de separar los espacios donde realizamos diferentes actividades es crucial para el bienestar. En este sentido, los desplazamientos al trabajo pueden actuar como un ritual que ayuda a separar, psicológicamente, la vida doméstica de la vida laboral.
Un estudio de 2001 indica que los beneficios psicológicos del desplazamiento al trabajo solo se producen cuando la oficina no dista de casa más de 30 minutos y alcanza todo su potencial si la distancia es de alrededor de 16 minutos. Traslados de más de 35 minutos pueden tener efectos negativos como mayor estrés o irritabilidad.
Independientemente de si se está de acuerdo con la importancia de los desplazamientos, resulta beneficioso para el bienestar mental separar el lugar de trabajo del ámbito doméstico. Esto se puede lograr yendo a la oficina, a un coworking o creando un despacho en casa en una habitación separada del resto de estancias, aunque esto último no siempre es posible.
