Chatgpt es un campo de minas legal

La duda sobre la legalidad del uso de cierta información por las empresas que utiliza la inteligencia artificial para la creación de contenido en su beneficio

A medida que pasa el tiempo, la inteligencia artificial adquiere mayor peso en nuestro día a día. Los nuevos sistemas de inteligencia artificial generativa, como ChatGPT y Dall-E, plantean una serie de preguntas novedosas para un sistema legal que siempre ha imaginado a las personas, en lugar de las máquinas, como los creadores de contenido.

Los tribunales tendrán que resolver problemas complejos, como si las empresas de inteligencia artificial que usan programas como ChatGPT, tenían derechos para utilizar los datos que entrenaron a sus sistemas, si la producción de motores generativos puede ser protegida por derechos de autor, y quién es responsable si un motor de inteligencia artificial emite información difamatoria o peligrosa.

El límite legal de ChatGPT

La inexistencia legal que regulen los actos realizados con inteligencia artificial

Todavía no existen leyes específicas sobre inteligencia artificial en la mayoría del mundo (aunque Europa está en proceso de redactar una amplia Ley de IA). Esto significa que la mayoría de estos problemas, al menos por ahora, deberán abordarse a través del derecho existente. Mientras tanto, los críticos dicen que, a medida que el campo se ha acelerado, las empresas están asumiendo más riesgos.

«Cuantos más recursos financieros fluyen, más rápido se mueven las metas y se eliminan las barreras», dice Matthew Butterick, un abogado cuya firma está involucrada en demandas contra varias empresas por la forma en que operan sus sistemas de inteligencia artificial generativa, incluyendo el GitHub de Microsoft.

El límite de la legalidad en el uso de la inteligencia artificial con información bajo derecho de autor

La población se cuestiona si los últimos sistemas de IA están en un terreno legal seguro al haber entrenado sus motores con todo tipo de información que se encuentra en internet, incluyendo obras con derechos de autor. En cuestión está si ese entrenamiento está dentro del principio conocido como «uso justo», cuyo alcance está actualmente bajo consideración por la Corte Suprema.

Tampoco se limitan los posibles problemas de infracción de propiedad intelectual a los datos que entrenan tales sistemas. Muchos de los motores de inteligencia artificial generativa de hoy tienden a producir código, escritos e imágenes que parecen copiarse directamente de una obra específica o varias discernibles.