CEO de Marlboro hace un llamado provocador al Gobierno para poner fin al tabaco

El controvertido avance hacia un mundo sin humo de tabaco

El mundo escuchó en shock cuando Jacek Olczak, CEO de Philip Morris International, la gigante detrás de marcas como Marlboro y Chesterfield, hizo un llamado provocador y audaz a los gobiernos de todo el mundo: «los cigarrillos deberían estar en los museos«. Este grito de batalla marcó un hito en la industria del tabaco, con el jefe de una de las principales tabacaleras del mundo abogando por el fin del tabaco combustible.

Esta atrevida visión se basa en la creencia de que los métodos actuales de control del tabaquismo no están teniendo un impacto suficientemente rápido. Olczak argumenta que estas políticas no solo están fallando en su objetivo, sino que también podrían estar perpetuando el hábito nocivo de fumar. En un mundo en el que las enfermedades relacionadas con el tabaco siguen cobrándose millones de vidas cada año, este cambio de paradigma podría ser crucial.

El CEO de Marlboro busca el fin del tacabo

La absurda paradoja sobre el tabaco

Olczak cree firmemente en el potencial de las alternativas sin humo. Se apoya en un modelo hipotético construido sobre datos, estimaciones y métodos de la Organización Mundial de la Salud para afirmar que estas alternativas pueden ser un 80% menos dañinas que los cigarrillos tradicionales. Si todos los fumadores actuales cambiasen completamente a estos productos, podría haber una reducción dramática de las muertes atribuibles al tabaco.

A pesar de este potencial, Olczak lamenta la «absurda paradoja» de que los productos sin humo estén prohibidos en algunos países, mientras que los cigarrillos, a pesar de su riesgo significativamente mayor, siguen estando disponibles para la venta. Advierte que el costo de la salud pública de ignorar el potencial de los productos sin humo puede ser inmenso.

El camino hacia un futuro sin humo

En un esfuerzo por cumplir su promesa de 2016 de abandonar los cigarrillos, Philip Morris ha invertido más de $10.500 millones desde 2008 en el desarrollo y la comercialización de productos sin humo. Hoy en día, estos productos representan casi el 35% de los ingresos netos totales de la empresa. Pero la empresa se enfrenta a obstáculos en su camino hacia un futuro sin humo.

Olczak denuncia la oposición inflexible de las organizaciones antitabaco y la sobreconfianza de los gobiernos en el llamado principio de precaución como los principales desafíos. Él hace un llamamiento a los gobiernos para que sigan los ejemplos de países como Suecia y Japón, que han adoptado políticas que ofrecen a los fumadores adultos una amplia gama de alternativas para continuar fumando.

Ley Celaá