Airbnb encuentra un filón con el auge del turismo rural

Los propietarios han hecho de Airbnb su medio de vida y esperan un cambio en el turismo rural muy castigado por la pandemia

Los alojamientos de turismo rural han recibido un auténtico mazazo este año en relación con su clientela. Unos clientes que han bajado enormente desde la pandemia. Ahora, creen que su lenta recuperación no llegará hasta 2021, dando por perdida la temporada de otoño. Sin embargo, de a poco, el sector va creciendo. Y en río revuelto, Airbnb ha pescado.

Porque si bien para muchos el turismo rural ha evidenciado aún más el problema de muchas localidades españolas, el sector da también por perdido las navidades tras un puente de la Constitución desastroso con la ocupación más baja que nunca. El mal tiempo no ayudó.

Las zonas con turismo rural dan muestras de verdadera salud

Reformas, páginas webs actualizadas y paquetes de primavera son algunas de las iniciativas que valoran los hosteleros de cara a un año también incierto. El mes de octubre se cerró con cifras de las más bajas que se recuerdan. Es por ello que Airbnb ha salido al rescate. O al menos así lo han hecho.

Y es que mientras que las reservas y las tarifas de alquiler se han desplomado en Barcelona y Madrid, las zonas de turismo rural o costeras y algunas ciudades más pequeñas dan muestras de verdadera salud después de que España impusiera algunas de las restricciones más estrictas por el coronavirus.

Con ello se evidencia que cliente ya no está interesado en los centros urbanos y busca justo lo contrario: zonas alejadas y tranquilas, sin concentración de personas. La resistencia de los alquileres fuera de las grandes ciudades ha ayudado a Airbnb, que obtuvo el 40% de los ingresos del año pasado en Europa.

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El turismo rural crece también con Airbnb

Existen zonas de turismo rural donde hay ahora un 20% más de alquileres vacacionales que en enero

No obstante, existen zonas de turismo rural como Sanxenxo, donde hay ahora un 20% más de alquileres de vacaciones registrados que en enero, de acuerdo a los datos de una asociación local de alquileres turísticos. Y hay señales de que la apuesta está dando sus frutos. Una oportunidad favulosa con Airbnb.

Algunos propietarios de viviendas en Europa han hecho de Airbnb su medio de vida y esperan, por tanto, un cambio en el turismo rural, muy castigado por la pandemia. Aunque la mayoría de los propietarios que se han trasladado al mercado residencial lo han hecho por tiempo indefinido, alrededor del 15% ha alquilado su propiedad a un inquilino por un plazo fijo y planea comenzar a recibir a veraneantes cuando la situación mejore, explican desde portales inmobiliarios como Fotocasa.

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